Manuel Almazán
Director Ejecutivo
Algo que he aprendido a lo largo de los años, sobre todo con el desarrollo de las nuevas tecnologías, es que es importante humanizar un proyecto, una empresa, mostrar el grupo humano que lo hace posible. Eso ayuda a crear una relación cercana y real entre todos.
Recuerdo que, de pequeño, mi novia estaba a 600 km de distancia y, en aquella época (hace más de 20 años), nos comunicábamos por carta. Una carta que para mí estaba llena de calidez y que te ayudaba a sosegarte mientras la leías o la escribías. Hoy, la tecnología en muchas ocasiones en lugar de acercarnos nos aleja sin darnos cuenta.
Y es que hoy en día algo tan básico como la cercanía se está perdiendo poco a poco y con ella se pierde la sensación de confianza.
En todos los trabajos que he desarrollado me he preocupado de darme a conocer tal y como soy, mostrando detalles que hacen más sencillo el trabajo día a día.
Por eso creo que es importante que conozcas un poco de mí, por lo que comparto contigo unas líneas de mi vida. Seré breve.
Soy andaluz, sevillano y, aunque mi vida está vinculada a Madrid desde hace más de 20 años, no he perdido mi acento.
Desde muy pequeño fui un amante de las matemáticas, pero también me apasionaba el cuerpo humano. Por ello, inicialmente, tuve el pensamiento de adentrarme en el mundo de la medicina, como hizo mi padre, pero no me atreví ya que siempre he sido un poco hipocondríaco.
Así que decidí estudiar Ingeniería Industrial, carrera que desde el principio me gustó, ya que el estudio del porqué de las cosas y los números son dos ramas que me encantan.
En mi vida profesional he pasado por diferentes sectores como las energías renovables, el sector nuclear o la impresión 3D, donde he ido desarrollando aptitudes de gestión de proyectos y gestión de equipos de trabajo.
Pero algo que siempre he tenido en mente y que en los últimos años ha ido creciendo en mi interior es la posibilidad de desarrollar un proyecto personal que me permita poner mis conocimientos y recursos al servicio de los demás, pero el día a día no me permitía lanzarme.
Así que un día llegó eso que dicen que llega, que te despierta y que te indica que es el momento de iniciar esa aventura.
Y no conozco mejor compañera de viaje para ello que Paloma Borregón